martes, 5 de marzo de 2013

El juego de la vida

Humm... estoy como loco por programar el 'juego de la vida' en Java, sería bonito verlo funcionar en modo gráfico. Pero recientemente se me estropeó el ordenador... Y se me ha pasado por la cabeza la loca idea de hacerlo en la realidad. Claro, no voy a usar células, evidentemente... Serían muy pequeñas. Pero me encantaría probarlo con, por ejemplo, alubias. Sí, lo sé, tardarían mucho en crecer, y sería un experimento muy laaaaaargo. Pero no hay problema. Como hay tanta gente en paro he contratado a unas "animadoras de plantas" que dicen que ahora son la moda, y que crecen muy rápido.

Total, que las chavalas se pasan el día con los pompones "¡Ánimo, alubita, venga que tú puedes...!" Y todo tipo de consignas como "¡caerá la lluvia para que crezcas, alubia!" Pero esto está muy bien. Estoy ganando más de lo que les pago, ya que parece ser que toda la gente que pasa se para a verlo. Se me ocurrió poner junto a la huerta un buzón de "donativo para las animadoras" y me estoy forrando.

Voy a echarle un vistazo al cultivo... ¡Qué suerte! Algunas ya han germinado, en un tiempo record. Esto parece que sí funciona... Espera, ¿qué ocurre...? Juraría que el suelo está temblando... Ay, madre; esto pinta mal. La tierra se está abultando en varios puntos de la huerta y las animadoras han salido despavoridas. Y los bultos están creciendo...
¡Unos cuernos! ¿Pero qué...? Han aparecido varios demonios (bueno, es lo que creo que son) y encima llevan unas pintas de lo más extraño. Cada uno va vestido de un color distinto. Ah, no, más bien son grupitos con camisetas de distintos colores... ¿ehhh? Parece que gritan algo...

"¡Vuestra alubia ha crecido más porque tiene preferencia con las animadoras! ¡No es justo y exijo que se las anime por igual!"
"¡Tú estás ciego! ¡Las animadoras sólo hacen su trabajo y lo demás son excusas! ¡Nuestra alubia es la mejor!"
"¡No, la mejor es la nuestra!"
"¡No, la nuestra! ¡Mira, tiene hojitas y todo...!"
Buah, menudo guirigay que se ha montado aquí. Debo poner orden...
"¡Perdonad! ¡No sé qué demonios hacéis aquí, pero ésta es mi huerta! ¡Así que deberíais salir de mi propiedad, y por favor, tapad esos pedazo de agujeros que habéis hecho en ella!"

"¿eh? ¿Nos estás tomando el pelo? ¿Pero tú sabes quiénes somos?"
"Ni lo sé ni me importa, así que salid ahora de mi propiedad, por favor."
"¡Jajajajaja...!" Rompieron en una carcajada al unísono, como si hubiera dicho cualquier chiste fácil.
Empezaron a hablar entre ellos:
"Pues ahora que lo estoy pensando, nos vendría muy bien tener a alguien que quitara los malos bichos de nuestras alubias..."
"¡Sí, es verdad, buena idea!" Se oyó en alguna parte entre ellos. Luego todos murmuraron en aprobación.
El que hablaba parecía ser el líder, o algo similar. Chasqueó los dedos y al poco rato aparecieron personas que venían como zombies.
Ahora hizo un nuevo chasquido y todos nos hicimos diminutos, poco mayores que una mariquita.

"¡Jajajaja... Hale, poneos a proteger las hojas de los malos bichos...! ¡No os quejaréis, que os hemos dado trabajo y todo!"

Ahora esto se ha convertido en mi día a día: En mi planta, ya crecida, voy saltando de hoja en hoja, espantando a escarabajos y otros insectos que se las quieren comer. Cuando hace sol me pongo muy moreno; cuando llueve, las gotas azotan mi planta y me escondo como puedo entre las hojas. Inicialmente sólo había unas pocas plantas, pero según iban cayendo las semillas de las alubias iban naciendo otras nuevas. Por cada nueva planta que germina los demonios traen a una persona que 'reducen' para trabajar en ella. Finalmente está funcionando el 'juego de la vida', tal como esperaba:

Donde no hay plantas cercanas no nace ninguna nueva; donde hay demasiadas plantas juntas no puede nacer ninguna y además las que están rodeadas por muchas se mueren. Siguiendo este juego algunas plantas comenzaron a salirse de la huerta, y ¡ahora estamos invadiendo el mundo con ellas! Cada vez hay más plantas, y más personas esclavizadas. Jamás diré a nadie que esto lo empecé yo, porque anda que si se enteran no sé lo que harían... Lástima que soy tan pequeño que no puedo apreciar la grandeza de este juego. Envidio a las aves que vuelan a lo alto, divisando al menos una parte de él.

Se me ocurrió una idea: Voy a escribir mis memorias, para dejar constancia de lo que hice, lo que comencé, y lo que pasó. Aunque no tengo papel, un ala dejada por una mariquita hará de él. Como pluma tal vez podría usar un pelo de las patas de cualquier insecto, y algo de néctar como tinta. Luego puedo esperar a que llegue una fuerte ráfaga de viento y con suerte lo mande contra tu pantalla. ¡Sólo ves letras, el ala es transparente! Espero que te hayan gustado mis memorias, pero no digas a nadie que fui yo el causante de la invasión de alubias y la esclavitud humana.
¿Ehhh? ¡Quita, bicho! ¡No muerdas mi planta...!                

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