viernes, 21 de septiembre de 2012

El Alma del Gladiador Capítulo 1


    Bueno pues aquí voy con mi primera historia larga. Sé que no será tan fácil como las cortas que suelo publicar, pero se hará lo que se pueda. Y ya conmemorando las casi 1000 visitas del blog me he animado XD. Se trata de una mezcla de comedia, romance y aventuras. ¡¡Aquí vamos!!
    “Para un gladiador no existe el mañana: hoy te enfrentas a tu destino, aferrándote a aquello que más amas, a sabiendas de que puedes morir. En cierto modo no hay algo más bello, y a la vez más doloroso, que apostar tu vida por ello. Cada gota de tu sangre es una brillante chispa de anhelo, y en la arena tu cuerpo entero se convierte en un mar de sueños.”

    Me llamo Kotaro.
    Yo era un niño rico, uno de ésos que nunca manchan sus manos por nada. Siempre vistiendo con ropa inmaculada y cara, siendo atendido por mis sirvientes en todo momento. No conocía la felicidad o infelicidad, simplemente es que sólo había experimentado ese superficial modo de vida.
    Súmese a eso que mis padres siempre estaban en el extranjero por negocios, y mi mayor contacto con ellos consistía en el dinero que mensualmente me enviaban para mis gastos.

    Por aquel entonces tenía yo unos 7 años. Como se puede imaginar era un niño superficial, que sólo valoraba el dinero; de hecho, a mi corta edad era lo suficientemente maduro para comprender que los sirvientes me trataban amablemente sólo porque mis padres les pagaban.
    
    Tal vez por mi actitud, o simplemente por mi apariencia (o puede que un poco por todo) me sentía muy marginado en el colegio. Malas miradas se enfocaban en mí, como diciéndome que ése no era mi sitio. A menudo otros niños abusaban de mí, me insultaban, me escupían y hasta me robaban el dinero que llevaba encima. Aunque me molestaba mucho nunca tuve el valor para defenderme; era un cobarde, y no sentía que mi vida tuviera ningún valor.
 
    De todos modos, hiciera lo que hiciera el mundo no cambiaría, y las personas sólo se acercarían a mí por mi dinero, o para expresarme su odio. Así era el mundo; todo lo que no fueras capaz de comprar podía ponerse contra tí.

    Tan sólo había alguien en toda la clase, o casi más bien en todo el colegio, que no me despreciaba. Se trataba de una niña extremadamente pobre, cuya humilde ropa y apariencia delataban el hecho claramente. Al igual que yo la niña, de nombre Himawari, era rechazada por los otros niños. Puede que por eso comprendiera mi dolor. De modo que comenzamos a pasar tiempo juntos en los recreos, al volver a casa,... y también fuera del colegio. 
    Yo comencé a llamarla “Hime” (lo que al principio hacía que se sonrojara como un tomate), y ella a mí Kota. A menudo venía a hacerme compañía en mi fría casa, llena sólo de sirvientes, llenando la atmósfera de calidez. Incluso nos bañábamos juntos, cenábamos juntos,... básicamente éramos uña y carne.

    En cierta ocasión salíamos del colegio, ya por la tarde, camino a casa; cuando en la verja de la entrada apareció un grupo de nuestros temidos abusones. Eran cinco; no hacía falta preguntarse para qué estaban allí esperando, era más que obvio. Nos miraron con una cara que parecía una mezcla entre desprecio y diversión, y me quedé congelado.
    Incapaz de reaccionar, simplemente cerré los ojos en actitud sumisa aguardando lo inevitable.
    
    Pero de pronto... -¡Dejadle en paz! ¿Se puede saber qué es lo que os ha hecho? ¡Sois unos malditos cobardes abusones, buenos para nada!
Ante los gritos volví a abrir los ojos, tímidamente. Y no pude creer lo que vi: Hime cargando ella sola contra todos, con la cara roja de odio y rugiendo de rabia.

La historia continúa aquí: El Alma del Gladiador Capítulo 2 

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Nota: "Hime" significa "Princesa" en japonés.
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El Alma del Gladiador by Ignacio García Pérez is licensed under a Creative Commons Attribution-ShareAlike 3.0 Unported License.

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