viernes, 26 de octubre de 2012

El Alma del Gladiador Capítulo 6



    “¡Magistradooooooooooo!” Ahí estaba mi Hime con su yukata.
    “¿Sería tan amable de coger de esta punta?” Dijo, tendiéndome un extremo del obi. Y yo con resignación la tomé. <<¿Qué hay de malo? Vamos a reírnos un rato con 'la peonza Hime' ja ja.>> “¡Está bien! ¡Tú lo has querido! ¡Prepárate!”
¡Adelante!”
    
    Jalé fuertemente de ella mientras decía “¡Esto es fabuloso!” Y ella gritaba “¡No, por favor!” Finalmente se desenrolló el obi completamente y ella mareada se estampó contra la pared. Cayó al suelo como un tronco seco. Sin pensarlo dos veces tomé la alfombra y la enrrollé sobre ella. 
    
    Cuando se le pasó el mareo:
¡Socorro! ¡El malvado magistrado me ha atrapado! ¡Que alguien me ayude!” Con lo cual la situación no podía pintar mejor para mí. Había dado la hora de cenar, y ella seguía allí enrollada. Traje un plato de pisto y comencé a comerlo lenta y sugerentemente frente a ella. Su cara de hambre era tan evidente que a penas podía aguantar la risa.

    “¿Qué ocurre, quieres comer, mi princesa rehén?”
¡Eres malo! ¡Has llevado el juego demasiado lejos!”
Ah, no, no, no. Si eres antipática conmigo no te daré nada de este sabroso pisto caliente.” Hime simplemente hinchó sus papos como una rana en señal de enfado y resignación.
    Me acerqué a ella con el plato de pisto y la cuchara. “Una por mamá... Vamos, traga.. Otra por papá...” Le rebosaba a los lados de la boca y yo lo limpié con la cuchara y un trapo. “¡Ay, qué bien come mi niña....!”

    Aunque seguía mostrando una expresión de enfado, de algún modo se había hecho más dulce. Cuando terminó todo el plato dije: “¡Muy bien, mi niña! ¡Te lo has comido todo! Ahora te soltaré...”
Su rostro se puso repentinamente colorado.
Pero... ¿No hay segundo plato?”
Está bien, mi niña es un poco avariciosa. Aquí tienes. Pechuga de pollo.”
Seguí dándola de comer. La escena era realmente tierna. Cuando hubo terminado, finalmente la liberé.
¡Muy bien, mi niña es una campeona!” Dije mientras le daba un fuerte abrazo a su recién 'excarcelado' y húmedo cuerpo... <<¿...húmedo...?>> Lágrimas gordas como gotas de tormenta corrían por sus sonrosadas mejillas. “... hagas lo que hagas... no me dejes nunca...” susurró. “Ése es el plan de este secuestro, mi rehén” contesté.

    Finalmente llegaron las vacaciones de verano. Mis padres, como era habitual, estaban perdidos en el extranjero en sus viajes de negocios. Hime y yo íbamos a la piscina de mi mansión a bañarnos. 
    Iba a ser el santo de mi Hime. No quería esperar hasta su cumpleaños, ya que me gustaría liberarla de sus preocupaciones lo antes posible. Pero sabía que había algo mal ahí. La invitaba muchos días a mi piscina, y sabía que ella se sentía mal por eso; aún cuando no me lo dijera para no preocuparme. 
    
    Si además ahora le pagaba la matrícula del curso acelerado, podía llegar a estropear nuestra relación. 
    De modo que tenía que forzarla a hacerme un favor grande. Algún inmenso favor para que pudiera pagármelo, y así no sentirse mal. Pero ¿cuál?
Debía ser algo que incluso ella, que era tan pobre, pudiera hacer... Tal vez algún trabajo como cocinar o arreglar el jardín, limpiar la piscina... Así es. Debía ponerla a trabajar.
 
    Estábamos ambos tumbados en dos hamacas contiguas tomando el sol.
...Hey, Hime”
¿mmmmm?”
Algunas sirvientas están de vacaciones, y necesito alguna ayuda con las tareas del hogar como cocinar, planchar, limpiar la piscina, arreglar el jardín,... ¿te gustaría echarme una mano?”
¡Claro, por supuesto! Después de todo lo que haces por mí, sería lo mínimo.”
De forma que comenzó haciendo la cena esa noche.
Sí, mamá, voy a hacer la cena para Kota así que cenaré aquí."

Siguiente: El Alma del Gladiador Capítulo 7


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